Del salón al tablero

Imagina querer desafiar una noción que se mantiene vigente gracias a lo que (no) se enseña(ba) en escuelas y colegios. Adicionalmente, las actitudes de las personas en el día a día reproducen esta noción y la perpetúan. La idea es que los pueblos indígenas, específicamente aquellos de Guatemala, son inferiores a sus pobladores vecinos no indígenas. Estas son las ideas que queremos combatir desde nuestra plataforma, Maya Scripta. Durante cinco años hemos trabajado para hacer que las inscripciones jeroglíficas mayas y el conocimiento acerca de estos grupos estén disponibles para todos. En el 2019, descubrimos que talleres educativos reducen las ideas negativas que los estudiantes tienen sobre los mayas y decidimos llevar este impacto a una nueva fase.

En el otoño de 2020 comenzamos a trabajar en conjunto con el Centro de Investigaciones Arqueológicas y Antropológicas de la Universidad del Valle de Guatemala en incorporar un componente lúdico a nuestra misión. Esto con el fin de aprovechar el auge que los juegos de mesa han tenido recientemente. Así, iniciamos los planes de nuestro propio juego. Este verano logramos cimentar las bases del proyecto.

A lo largo del verano de 2021 conseguimos realizar lo siguiente: 1. Establecer nuestra categoría legal en Guatemala. 2. Iniciar los diseños de elementos necesarios para los juegos. 3. Acordar alianzas con actores clave para desarrollar el juego y definir los personajes. 4. Probar técnicas de registro arqueológico que nos permitieran darle un componente realista al juego.

Evaluamos dos firmas de abogados para formalizar nuestro estatus legal y fiscal y decidimos trabajar con Legalsa, quiénes se especializan en propiedad intelectual y emprendimientos. Ambas características se apegan a nosotros. Ellos nos asesorarán sobre los pasos a seguir además de haber constituido la figura que nos permite negociar, producir y vender juegos de mesa.

En cuanto a los juegos, decidimos que nos enfocaríamos en dos conjuntos, sets, o cajas. Una para niños y la otra para edades varias. La caja para niños incluye un juego de memoria y una lotería. La caja para jóvenes/adultos, en cambio, decidimos que tendrá un juego de dominó y un ajedrez. La apariencia y los elementos a resaltar son todos vinculantes a la cultura maya. Lo que nos lleva al siguiente apartado, nuestro grupo de alianzas.

Una alianza especial fue la que nos dio la oportunidad de trabajar con una estudiante de Tulane, participante del programa de involucramiento comunitario en la academia patrocinado por la fundación Andrew Mellon. Ella se encargó de dibujar digitalmente los glifos mayas que se utilizarán para la memoria y la lotería (figura 1). Esta colaboración fue significativa ya que el mismo programa fue el que nos permitió lanzarnos al público dos años atrás. También fue emocionante ver a alguien que comienza en estudios mayas sentirse apasionada al trabajar con el material y dedicarse a tal punto que participó de una clase, en español (que no es su idioma natal), para aprender sobre escritura maya.

Figura 1, dibujos de glifos por estudiante de Tulane

Además del trabajo con Mellon, pudimos contactar al departamento de Diseño y Evaluación de producto de la Universidad del Valle (figura 2). Esto ha sido valioso porque, a menudo, como académicos, nuestra visión está más concentrada en el contenido y no tanto en la forma. El incorporar a estudiantes universitarios de diseño en el proyecto tiene un doble propósito. Primero, como se dijo antes, potencia el diseño del juego para hacerlo más atractivo a los usuarios. Segundo, los expone al contenido de una forma más profunda que aquellos que solamente usan los juegos. Esta colaboración durará varios meses y formará parte de la asignatura de clases del grupo de estudiantes.

Figura 2, reuniones con la profesora de Diseño de Producto

Por último, más recientemente, hemos discutido una alianza con la Dra. Melanie Fourné, quien es arqueóloga y la autora de una exitosa serie de historietas informativas para niños llamada Ixtzunun (Chica Colibrí) (figura 3). Este es un paso muy importante para nosotros. Además de poder incorporar al catálogo de personajes de Ixtzunun en nuestros juegos infantiles, contamos ahora con el apoyo de una profesional con experiencia en la divulgación científica. Trabajar con ella será muy emocionante.

Figura 3, Portada de un numero de Ixtzunun por Melanie Forne

Finalmente, buscando darle un toque de realismo a los juegos (principalmente a la Caja 2), realizamos escaneos 3D de monumentos y figurillas arqueológicas auténticas que pertenecen a la colección de la Universidad del Valle, a la Fundación Ruta Maya y de otras que han sido recuperadas por el Proyecto Regional Arqueológico La Corona (figura 4). Adicionalmente, dos colegas de la Universidad del Valle y yo tuvimos la oportunidad de participar de un curso para centroamericanos impartido por la Universidad de Kanazawa sobre fotogrametría y registro 3D. Ambas experiencias nos brindaron las herramientas necesarias para documentar piezas arqueológicas. Al finalizar, pudimos llevar una de estas piezas a la impresora 3D. Tras esto, notamos que el escaneo será una gran herramienta para compartir con diseñadores las piezas pero que la impresión no será la mejor manera de reproducirlas fidedignamente. La impresora detecta las formas, pero suaviza detalles y no representa los colores (figura 5), haciendo de la producción un proceso más complejo del que anticipábamos. Así, descubrimos que tendremos que lleva a cabo la producción con profesionales y no podremos utilizar los recursos de los que disponemos en la Universidad del Valle más allá que para prototipos.

Figura 4, Escaner del elemento 64 de La Corona

 

Figura 5, Impresión 3D de una figurilla de Tiquisate

Como todo proceso, este verano estuvo lleno de alegrías y desafíos. Entre las experiencias más emocionantes está el haber aprendido a utilizar equipo de documentación 3D junto a otros estudiantes e investigadores guatemaltecos. Como esta, todas las colaboraciones y alianzas establecidas están resultando ser gratificantes y enriquecedoras. Me emociona muchísimo, además, la participación de más estudiantes en el diseño de los juegos.

Por otro lado, los retos constantes estuvieron presentes y, con la pandemia en uno de sus picos en Guatemala, estos se incrementaron. El laboratorio arqueológico con el que trabajamos los escaneos tuvo dos casos de covid-19 separados por aproximadamente tres semanas. Esto limitó el acceso que teníamos a las piezas y a las herramientas de escaneo. Lo mismo sucedió con el departamento de arqueología en la Universidad del Valle. El que un miembro del equipo contrajera el virus y no pudiera participar de varias reuniones para tomar decisiones, también complicó nuestra situación. Una vez más, nos dimos cuenta de que elaborar el juego va mucho más allá del diseño y producción. Cumplir con todos los requisitos legales y las expectativas de un juego funcional y atractivo han demostrado ser retos latentes que estamos superando. Sin embargo, estas situaciones han ralentizado nuestro trabajo, privándonos hasta ahora de correr las pruebas de los juegos con usuarios reales. Con las vacunas finalmente llegando a Guatemala y la universidad regresando a su estatus normal, esperamos que durante este semestre todo esto sea realizable.

Los primeros pasos de esta faceta del proyecto nos están permitiendo sentar las bases para una serie de juegos que transmitan conocimiento sobre la cultura maya a los guatemaltecos. Llevar esta información a los no indígenas (ladinos) para que aprendan sobre sus vecinos es solo una parte del proyecto. Otro aspecto muy importante es el de poner a disposición de poblaciones indígenas recursos lúdicos para que puedan seguir aprendiendo sobre su cultura y su historia mientras los niños se divierten. Esta metodología es un catalizador de cambio ya que busca soluciones alternativas a problemas sociales enraizados en las interacciones guatemaltecas. Al lograr transmitir conocimiento, como sucedió con nuestros talleres de 2019, las ideas que las personas tienen sobre mayas antiguos y modernos mejoran ya que conocen mejor la cultura y reducen mitos o ideas equivocadas que han aprendido tanto en el salón de clase como en conversaciones cotidianas.

A lo largo de este proceso aprendimos sobre la importancia de la interdisciplinariedad y cómo beneficiarnos de ella a través de las diversas alianzas que logramos establecer. Una vez más, apreciamos lo importante y sensible que es el manejo del tiempo. Más aun en estos tiempos inciertos donde los imprevistos no pueden sortearse tan fácilmente. Hacia el futuro, será clave apartar periodos más largos en el calendario de trabajo para obtener resultados positivos en plazos realistas. Por ahora, hemos logrado dar pasos importantes rumbo a la diseminación de los juegos con temática maya. Luego de estos avances, tenemos como fecha tentativa el último bimestre de 2021. A pesar del retraso, seguimos comprometidos con nuestro proyecto y optimistas sobre los resultados que lograremos obtener. Todo esto buscando traer un cambio positivo en Guatemala con la ayuda de Taylor Center, Mellon, y la Universidad del Valle de Guatemala. Confiamos en que pronto los estudiantes en Guatemala tendrán acceso a estos juegos y podrán incluirlos en sus actividades académicas y recreativas.